lunes, 26 de diciembre de 2011

Cap. II - La casa, el escenario de la vida. Los espacios privados de la casa - Recámaras, para el resguardo de lo íntimo




Las recámaras como áreas privadas representan la oposición al espacio público dentro de las casas. Estaban distribuidas a lo largo del corredor. Se accedía a ellas por las puertas de cuarterones con vidrios, estas puertas se cubrían con visillos para resguardar la intimidad familiar y, por la noche, se cubrían con los llamados oscuros (grandes puertas de madera de hojas) en busca del aislamiento necesario para el merecido descanso. Hacia el interior, las recamaras eran habitaciones de techos altos que a la vez se comunicaban entre sí. Una cama de madera fina o de latón con su colchón a la medida daban la comodidad necesaria a sus ocupantes, también servía para guardar bajo de ella la imprescindible bacinica. Arcones y baúles y después los roperos, servían para guardar la ropa y los objetos de valor. También las mesillas de noche eran muebles propios de ella. En la recámara se desarrollaban otras actividades además de reposar: los antiguos poblanos nacían, amaban, rezaban y morían ahí.

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