En los tratados de arquitectura del siglo XIX y XX no
existe referencia alguna que explicite un espacio propio de los niños, es
decir, no se planeaba una habitación exclusiva para ellos. La imagen presentada
muestra cómo en el recogimiento de su propio espacio y en la primera infancia
era el mejor momento para que los niños hicieran el aprendizaje de la doctrina
cristiana. Se afirmaba que a las mujeres pertenecía este momento, pues ellas
eran el primer apoyo que proporcionaba la ‘Providencia’ durante la infancia.
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