viernes, 23 de diciembre de 2011

Cap. II - La casa, el escenario de la vida. Los espacios públicos de la casa - La biblioteca, para el despacho de los asuntos




En algunas casas existía una habitación destinada al despacho, que también cumplía la función de biblioteca. Este era el espacio consagrado a la concentración, al trabajo, a la eficacia y a la vida pública, lugar donde se tomaban las decisiones importantes y donde los niños tenían prohibido entrar. Los muebles del despacho generalmente eran un escritorio, varios libreros, un sofá y dos butacas de cuero. Indudablemente, el más importante de estos era el escritorio, mueble de elegante armonía y de olores profundos a madera, cuero, tinta y papeles viejos; con un abismo de gavetas diminutas y pequeños compartimientos destinados a almacenar los registros del contable, el correo  financiero, archivos, cartas, los pliegos del poeta y hasta un cajoncillo casi oculto en el que se podían enterrar las pruebas del más terrible de los secretos…

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