lunes, 30 de enero de 2012

Cap. III - Casas de familia. El sueño de habitar la casa



...Este apartado muestra tres casas de familias poblanas, casas como el espacio físico para el arraigo y el refugio del núcleo familiar. Las imágenes plantean las diferentes formas de vivir una residencia por cada una de estas familias y cómo en ellas subsisten valores personales y sociales ancestrales. Igualmente, como se manifiesta la personalidad de cada familia por su estilo particular de habitarlas; por su estilo en la decoración; por la manera de relacionar los muebles con los detalles especiales y sobre todo, por las actitudes de sus habitantes ante la cámara. Finalmente, son instantánea de su propia vida...

domingo, 22 de enero de 2012

Cap. II - La casa, el escenario de la vida. Los espacios privados de la casa - La azotea, maravilla del mundo




El ascenso hacia la azotea se emprendía por las escaleras de servicio ubicadas en el segundo patio o azotehuela. Al llegar arriba, la gran atracción era las vistas panorámicas hacia los diversos puntos cardinales de la ciudad… Otro uso de la azotea era para hacer retratos, ya que a toda hora contaba con la luz necesaria para fotografiar a los niños y las niñas que toman el sol, a las mujeres ensayando los pasos para el próximo baile y al joven posando con las torres de Catedral al fondo.

jueves, 19 de enero de 2012

Cap. II - La casa, el escenario de la vida. Los espacios privados de la casa - El baño, el más privado de los espacios


En las casonas coloniales los servicios de aseo solían encontrarse distantes de las habitaciones, confinados en la parte trasera del patio. Más tarde se localizaban al final del corredor, lo que dificultaba acceder a ellos durante la noche por lo que se imponía en las recámaras el uso de las bacinicas generalmente de peltre (en casos y casas de lujo, de Talavera o porcelana). También por la falta de abastecimiento de agua, en las recámaras eran indispensables lavamanos, jofainas y cubetas para el aseo personal…

jueves, 12 de enero de 2012

Cap. II - La casa, el escenario de la vida. Los espacios privados de la casa - El lavadero y sus inseparables cubetas



Los lavaderos de la casa se encontraban en el patio o en la azotehuela (patio trasero de la casa destinado generalmente a lavar y tender la ropa), y algunos se encontraban en la azotea. Sus inseparables eran cubetas y tinas de lámina.


Las labores de la higiene doméstica del hogar han sido responsabilidad “femenina”. El lavado de la ropa igualmente recaía en las manos de las mujeres que tenían conocimiento de los mejores jabones y lejías para el lavado y de los mejores remedios para el desmanchado. Expertas igualmente en el planchado, ya que dominaban los diversos procedimientos de preparar el almidón para la ropa blanca. Algunas familias podían pagar el servicio de las lavanderas…

lunes, 9 de enero de 2012

Cap. II - La casa, el escenario de la vida. Los espacios privados de la casa - La cocina, el lugar del fuego




La cocina, generalmente habitación amplia y de altos techos, era el centro de las actividades de la vida diaria… Cada época tiene su propia tecnología, y es en la cocina de la casa donde esto se refleja con mayor medida, los cambios más importantes se dieron en el combustible de los fuegos para el cocimiento de los alimentos: leña, carbón, petróleo, electricidad y gas… La cocina se convirtió en una habitación que invitaba a convivir, en foro alegre y concurrido que aglutinaba a la familia, en ella se guisaba, se hablaba, se reía, se comía, se filosofaba y se ponía al corriente en las confidencias que tenían que ver con la familia, los amigos y vecinos, era el centro del mundo ya que reflejaba la esencia de la vida doméstica

jueves, 5 de enero de 2012

Cap. II - La casa, el escenario de la vida. Los espacios privados de la casa - Recámaras para niños


En los tratados de arquitectura del siglo XIX y XX no existe referencia alguna que explicite un espacio propio de los niños, es decir, no se planeaba una habitación exclusiva para ellos. La imagen presentada muestra cómo en el recogimiento de su propio espacio y en la primera infancia era el mejor momento para que los niños hicieran el aprendizaje de la doctrina cristiana. Se afirmaba que a las mujeres pertenecía este momento, pues ellas eran el primer apoyo que proporcionaba la ‘Providencia’ durante la infancia.