En las casas
poblanas algunos espacios gozaban de cierta luminosidad, estos eran recreados
como estudio fotográfico, se colocaban sillas, mesas con carpetas, tapetes y
adornos y como ciclorama biombos o sarapes. Esta puesta en escena del estudio
en casa obedecía, posiblemente, a motivaciones personales de los fotógrafos
aficionados, que cámara en riestre, inscribían con luz a los sujetos. Los fotógrafos
elegían aquellos lugares especiales para enmarcar a los personajes, como las
escaleras, patios, jardines, piletas, ventanas, puertas o los barandales para
darles cierta perspectiva. Asimismo, marcaban a los sujetos por la diferencia
de profundidad de los diferentes planos, indicados estos por fuentes, arcos,
columnas y cualquier otro elemento de construcción, adelante o atrás del sujeto…
Si bien las
fotografías elegidas para este tema son hermosas, su inclusión no se limitó
solamente a su apariencia, se integraron porque definen y marcan maneras de ser
y de comportarse. Con ellas se pretende mostrar cómo los
poblanos vivían con actitudes conservadoras y tradicionalistas su día a día,
como retenían poderosas tradiciones -el valor de la familia, la solidaridad, la
amistad y el respeto-, dentro de su estructura social y económica… Fotografías que no solamente
reflejan la evolución de la tecnología en un momento
histórico, sino también representa los aspectos artísticos y estéticos de una
época y, lo
más importante, cómo los personajes se representaba hacia su sociedad.
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