lunes, 27 de febrero de 2012

Cap. IV - Los rituales de los Sacramentos. La primera comunión y su recuerdo




Para poder recibir la Eucaristía por vez primera, era necesario realizar el aprendizaje de la doctrina cristiana. El librito más usado para ese fin era el Catecismo del Padre Ripalda, que contenía lo que “Todo cristiano debe saber, creer y hacer: Credo, Mandamientos, Oraciones y Sacramentos”. Una vez cumplido este requisito, más los de confesión y penitencia, era que se podía tomar la Eucaristía. Ese día el niño o niña ayunaba, para así presentarse junto con los padres y padrinos a cumplir con el cuarto Sacramento: La Primera Comunión. Para tal día, la familia se ocupaba anticipadamente del vestuario y sus complementos… Después de tan esperada ocasión, venía la celebración con un esplendido desayuno servido en casa, exquisiteces culinarias preparadas desde la víspera se ofrecían a niños y adultos. Al final, como parte imprescindible del ritual, se entregaba a los invitados un recuerdo de tan memorable fecha: una tarjeta en forma de estampa impresa con alegorías representativas de la Eucaristía y los datos del acontecimiento…


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